martes, 18 de diciembre de 2007
Una primera aproximación al estudio del terrorismo en América Latina (Primero de la serie)
Por María Benedicta Giaquinto (*)
Introducción
En el marco de un programa conjunto entre la Fundación PensAR y el Hudson Institute de Washington sobre el estudio del fundamentalismo islámico en América Latina, este es el primer trabajo de una serie. En él se hace referencia a los puntos que entendemos son iniciales al abordar el fenómeno del terrorismo en la región para luego profundizar en los sucesivos trabajos de la serie.
Abordamos en este primer trabajo la distribución geográfica y humana de las distintas comunidades musulmanas en América Latina. No pretendemos poner de manifiesto que la presencia de ellas implique indefectiblemente la existencia de terroristas en la región. Lo que se investiga son las comunidades musulmanas ya conformadas donde pueden generarse (o no) células terroristas, pero que sin duda son el marco más propicio en el que estas pueden aparecer y comenzar a operar.
Siendo este trabajo un update de la distribución socio-política de las comunidades musulmanas en América Latina, lo que queremos es establecer un punto de partida para el estudio del fundamentalismo islámico en la región y creemos que analizando esta distribución estamos estableciendo una correcta aproximación a nuestro objeto de estudio.
El trabajo comienza analizando una de las zonas más pobladas por musulmanes en América Latina: la Triple Frontera. Luego Brasil y Argentina, que cuentan con el mayor número de musulmanes de América Latina. Uruguay, Chile y Bolivia siguen, con muy pocos musulmanes y un territorio pequeño también. Finaliza el trabajo analizando a los países del Caribe, donde sí es recomendable el análisis detenido de los musulmanes, en algunos países por el alto prcentaje de su población que constituyen y en otros por la presencia de grupos que a través de la violencia podrían tener lazos con los terroristas islámicos de la región.
En referencia más a la religión que al origen, la cantidad de musulmanes en América Latina es seis millones[1]. De esa cantidad, un millón y medio vive en Brasil y 700.000 en Argentina.
Triple Frontera
Unos 25.000 árabes, tanto musulmanes como cristianos, viven actualmente en la Triple Frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil. Una mezquita en Foz do Iguaçu (Brasil) y dos en Ciudad del Este (Paraguay), además de dos jeques –uno de cada lado-, dan cuenta de esta presencia. Este lugar es foco de actividades ilegales como el contrabando, la piratería, el lavado de dinero, el tráfico de drogas y de armas, y la explotación sexual. Como control, desde 1996 funciona en Foz do Iguaçu el llamado Comando Tripartito de la Triple Frontera, que coordina las tareas de control de los tres países sudamericanos. Y en 2002 se creó el grupo “3+1” entre Argentina, Brasil, Paraguay y Estados Unidos para reforzar la seguridad en la región. La mitad de los musulmanes allí presentes son sunnitas y la otra mitad chiítas. Trabajan en todo lo que está relacionado al comercio. En su vida diaria, los musulmanes allí residentes realizan sus actos religiosos pero también participan en los acontecimientos civiles de la ciudad. Ellos declaran que los fondos para la construcción de las mezquitas provinieron de donaciones de la comunidad local y de otras regiones de Brasil. En Foz do Iguaçu viven muchos empresarios y líderes de la comunidad árabe –chiítas y maronitas- que cada día desarrollan actividades en la paraguaya Ciudad del Este (ciudad con menos controles policiales y aduaneros). En Ciudad del Este, la comunidad árabe se dedica fundamentalmente al rubro electrónico, dentro del comercio. Esta ciudad es también conocida por los vendedores callejeros que comercian baratijas y artículos falsificados como discos compactos, y por la venta de aparatos electrónicos baratos, en ocasiones pirateados o defectuosos.
Las autoridades paraguayas calculan que en Ciudad del Este se produce más del 50% del comercio exterior del país, pero que sólo un tercio de lo recaudado por esta actividad ingresa en las arcas del Estado. Las leyes de inmigración paraguayas son muy laxas y son aprovechadas para desarrollar actividades ilegales. Asimismo, las instituciones políticas son débiles, la capacidad de investigación y de hacer cumplir la ley es baja y permanece la corrupción oficial pervasiva, lo que ha creado las condiciones para un crecimiento indiscriminado de redes criminales. En toda la zona de la Triple Frontera hay simpatizantes y cuadros pertenecientes a Hezbollah y Hamas, grupos denominados terroristas por Estados Unidos. Organizaciones terroristas como Hezbollah, Hamas y la Jihad Islámica Egipcia han sido detectadas con actividades en la Triple Frontera desde hace una década por lo menos. Entre las actividades de estos grupos están el mercado negro, la compra de armas y la planificación de atentados terroristas[2].
La Secretaría de Inteligencia del Estado argentino detectó la presencia de miembros de Al-Qaeda en la región después de los bombardeos a las Embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania. Según el informe publicado, los operativos de Al-Qaeda realizaron adoctrinamiento y fund-raising, dieron refugio a fugitivos e impartieron entrenamiento básicamente en explosivos[3].
Además, miembros de organizaciones terroristas que han planeado o participado en ataques en Medio Oriente y Estados Unidos como el terrorista de Al-Qaeda, Khalid Mohammed han pasado tiempo en la región de la Triple Frontera. Adnan al-Qadi, un operativo de Hezbollah que participó del bombardeo al World Trade Center de 1993, vivió en la Triple Frontera. El egipcio Ali Hassan Muklis, miembro de Ilamyya al Gama’at vivió en la Triple Frontera y es sospechoso de haber participado de la masacre de 62 turistas en Luxor, Egipto en Noviembre de 1997. El grupo familiar Barakat, que ha operado en la transferencia de dinero al grupo Hezbollah libanés, vivió y algunos de sus miembros aún continúa viviendo y comerciando en la Triple Frontera. Uno de sus miembros (Assad Mohamed) fue secuestrado meses atrás y liberado luego de que su familia pagara un rescate, aunque las circunstancias que rodearon ese hecho son realmente sospechosas.
Este tipo de crimen presente en esta región de América Latina se percibe como peligroso desde el punto de vista del terrorismo porque permite recaudar fondos y desarrollar acciones encubiertas como podría ser el reclutamiento y el entrenamiento de terroristas. Es decir, sería una zona en América Latina en la que crimen organizado y terrorismo islámico están estrechamente relacionados.
Argentina
Argentina es el país del subcontinente cuyo porcentaje de musulmanes es el mayor, superado ampliamente por la República de Guyana, de habla inglesa, y luego Surinam, de habla holandesa. En Argentina los árabes comienzan a llegar hacia finales del siglo XIX de Siria y Líbano, y este flujo de inmigrantes continuó hasta la década de los 40’. La mayoría de ellos se radicaban en la ciudad de Buenos Aires y en la provincia, en Rosario, Santa Fe, Córdoba y Mendoza.Su inserción fue exitosa, posperaron en breve tiempo en el comercio y luego en la industria, en especial la textil. Hacia fines de la década del ’20 se fundaron las primeras entidades islámicas registradas legalmente y las primeras mezquitas se construyeron. En relación a la filiación doctrinal, la mayoría es sunnita, pero existe un importante número de chiítas, casi todos de origen libanés.
Uruguay.
Existen informes que delatan la presencia de musulmanes pertenecientes a Al-Qaeda en Uruguay y a lo largo de la frontera entre Uruguay y Brasil.
Brasil
Se estima que la población musulmana en el Brasil esté entre 1.000.000 y 1.500.000 de fieles. La mayoría de origen árabe, principalmente sírios, libaneses, con presencia menor de palestinos, egípcios, marroquinos y de otras nacionalidades. El número de brasileros convertidos es relativamente pequeño en el contexto de la comunidad islámica. Hay referencias a la presencia de musulmanes en el Brasil desde la expedición de Pedro Álvares Cabral que aquí llegó en 1500, trayendo navegadores de origen árabe. Posteriormente, un nuevo contingente de musulmanes llegó al Brasil a partir del final del siglo XIX y principios del siglo XX, con los inmigrantes de origen árabe, especialmente sirios y libaneses, que se instalaran en los grandes centros industriales, dedicándose preferentemente al comercio. Entre los esclavos trajo grandes contingentes de musulmanes negros, capturados en África.
Los musulmanes de origen árabe iniciaron la instalación, de forma más permanente, de las bases de la religión islámica en el Brasil. En 1927, en la ciudad de São Paulo, fue fundada la Sociedad Beneficiente Musulmana Palestina. En 1929, con la llegada de sírio-libaneses, la denominación de la sociedad fue alterada para Sociedad Beneficiente Musulmana. En 1956 se inaugura oficialmente, también en la ciudad de São Paulo, la primera mezquita brasilera. Actualmente se encuentran referencias a más de 80 asociaciones musulmanas en todo el país, siendo que el número de mezquitas y salas de oración supera 50. Manaus es una ciudad donde existe una importante presencia musulmana.
Chile
En Chile se estima que hay unos 5.000 musulmanes, pero el número de palestinos y sus descendientes es mucho mayor, siendo en su mayoría cristianos. En este país se encuentra la mayor concentración de palestinos del continente, provenientes casi en su totalidad de las ciudades cristianas Belén y Beit Jala.
Colombia
En Colombia una suerte de tercera oleada de inmigrantes se viene dando desde principios de la década de los 70’ del siglo pasado, compuesta fundamentalmente por familias musulmanas, sobre todo sunnitas.
Los Árabes, sobre todo los cristianos -ya sea maronitas u ortodoxos-, con el transcurrir del tiempo y en diversos grados, a partir de complejas dinámicas de hibridación y mestizaje que tuvieron lugar, terminaron prácticamente asimilados e integrados a la sociedad mayoritaria. De esta manera, gracias a los estrechos contactos que se escenificaron entre estos inmigrantes y las culturas de los territorios donde se instalaron, fue que realizaron aportes culturales muy importantes al país, sobre todo a la región del Caribe. Por su parte, los Árabes musulmanes en medio de muchas dificultades pudieron mantener esce
narios adecuados para la reproducción de su cultura y de sus valores identitarios, lo que les posibilitó conformar comunidades claramente diferenciadas del resto de la población -Maicao (Provincia de La Guajira) y San Andrés (Archipiélago), entre las más importantes-.
México
En México hay cerca de 3.000 practicantes del Islam. Más de 1.000 viven en México D.F. Son más numerosos los sunnitas, que se sitúan en Cuernavaca y Guadalajara. También existen comunidades musulmanas en Monterrey, Durango, Zacatecas, Tijuana y Chiapas. A Chiapas llegaron en 1995, e hicieron su aporte cuando sufrieron violaciones a sus derechos, por ser indígenas y mestizos expulsados de los Altos de Chiapas por los propios habitantes de Chiapas. En México existen también diversos movimientos políticos como el Morabitum, que busca retornar a las raíces del Islam y cuestiona el orden económico mundial, por diversos motivos como son la dominación occidental y la modernización. México y Estados Unidos analizan posibles actividades terroristas en estos movimiento pero hasta el momento no se ha comprobado nada.
Guatemala
En Guatemala la comunidad islámica es poco conocida en el país, a pesar de la existencia de dos mezquitas en el país. Está integrada principalmente por palestinos que emigraron durante la última década.
Honduras
Lo mismo ocurre en Honduras, donde no llama la atención la presencia de la comunidad islámica, quizás por la asimilación que ha tenido a la comunidad local. La segunda comunidad palestina en Latinoamérica se encuentra en Honduras, donde se estima que hay entre 150.000 y 200.000 palestinos.
Belice y Nicaragua
En Belice y Nicaragua la comunidad musulmana es casi nula dentro de la población, por lo que no constituyen países a ser tenidos en cuenta para nuestro objeto de estudio.
El Salvador
El Salvador tiene una comunidad musulmana chiíta, pero no es relevante tampoco en cifras. En este país lo que es de suma relevancia a tener en cuenta es la presencia de “maras” o grupos armados (al igual que en Guatemala, Nicaragua y Honduras). Está siendo estudiada la sospecha de que estos grupos que en mayor medida tienen a sus miembros reclutados en las prisiones y tejen allí sus redes, tengan conexiones con los terroristas islámicos. No se ha comprobado aún ninguna de estas sospechas, pero lo que sí está claro es que existe la posibilidad de que los terroristas islámicos busquen refugio, financiamiento, reclutamiento y documentación ilegal entre otras cosas aprovechándose de los contactos, conexiones y métodos de estos grupos armados ilegales que ejercen la violencia indiscriminadamente.
Costa Rica
Costa Rica tiene una gran comunidad musulmana, con presencia relevante, diferenciada y organizada. No es importante numéricamente porque el país en sí no es grande, pero sí vale la pena tenerla en cuenta por el lugar estratégico que ocupa en el continente y porque constituye un porcentaje aceptable de la población de ese país.
Panamá
Su comunidad musulmana se agrupa en:
los locales o nativos;
los que emigraron de India y Pakistán (zona de Gujrat), que son los más numerosos; y
los que emigraron del Líbano, Jordania, Palestina y Siria, que conforman el 5% de la población.
Al igual que los musulmanes presentes en Costa Rica, debe tenérselos en cuenta a la hora de evaluar la presencia de los musulmanes en América Latina.
Venezuela
Tuvo históricamente inmigrantes musulmanes. Hoy, se ha reducido en gran medida la población de este origen y se concentran principalmente en el Estado de Nueva Esparta y Caracas, son generalmente ciudadanos de origen libanés y sirio.
Existe presencia de Hezbollah en los departamentos fronterizos con Colombia de Maicao y Guajira, se sospecha que estos grupos pueden tanto financiar la guerrilla colombiana o colaborar con ello, como ser propagadores de su ideología en esa zona.
También hay sospechas de que se encuentren miembros de Hezbollah en Isla Margarita, donde se dice que hay otra célula a tener en cuenta.
Perú
Es relevante en este país el departamento de Tacna, en la frontera con Chile, por la presencia allí muy importante de la comunidad musulmana. Al llevarse a cabo la apertura para la importación de autos usados en la ciudad comienzan a llegar comerciantes musulmanes de origen paquistaní, y al poco tiempo se abre una mezquita. También hay inmigrantes de India y de otros países árabes. Es uno de los países a tener en cuenta en cuanto a presencia musulmana.
Ecuador
En Ecuador hay menor presencia árabe. No valdría la pena tenerlo en cuenta para contabilizar la presencia musulmana en la región latinoamericana.
Guyana, Suriname y Trinidad y Tobago
La presencia musulmana aumenta enormemente en términos de porcentaje de la población. Llega casi al 20% de la misma. Son Estados postcoloniales con minorías musulmanas en los que había demanda de mano de obra barata para las plantaciones de azúcar, lo que condujo después de la emancipación del siglo XIX a la importación de trabajadores contratados indios, que incluían contingentes de musulmanes. Suriname forma parte, como único país americano de ISESCO, órgano cultural que vela por el patrimonio del mundo musulmán desde 1996.
Bolivia
En Bolivia hay una menor presencia árabe. Hay una mezquita en Santa Cruz de la Sierra.
Consideraciones finales
En América Latina también existen zonas de libre comercio como Iquique (Chile), Maicao (Colombia) y Colón (Panamá) que pueden generar apoyo financiero a redes terroristas por el poco control aduanero y fiscal que allí tienen lugar.
En la región existe una falta de medios para controlar las fronteras, lo que se suma a la poca o nula organización de las fuerzas policiales y militares en ellas. Esto las hace paticularmente vulnerables.
Asimismo, Colombia, Bolivia y Perú son productores de cocaína, lo que ofrece una rica fuente de ingresos. Cuba y Venezuela tienen acuerdos con Irán, lo que hace que exista un peligro latente de colaboración con un Estado que apoya y da refugio a terroristas islámicos.
Otro elemento a tener en cuenta si enumeramos los peligros a los que se enfrenta la región hoy relacionados o con posibilidades de estar relacionados con el terrorismo son los grupos económicamente marginados que son fuentes ideales para la explotación por parte de los terroristas. Los piqueteros en Argentina, los cocaleros en Bolivia, el movimiento de los Sin Tierra en Brasil, el pueblo indígena Pachakutik en Ecuador, los círculos bolivarianos en Venezuela y los grupos campesinos en Paraguay son grupos étnica y económicamente oprimidos con poder desestabilizador; tienen líderes que están ganando prominencia política y podrían ser susceptibles a los atractivos del terrorismo.
Siguiendo a Tamara Makarenko, especialista en Crimen Transnacional y Terrorismo [4]dados los nexos cada vez más estrechos entre crimen organizado y terrorismo, en el subcontinente se han formado alianzas entre grupos terroristas y grupos criminales que tienen distintos grados de cohesión según una combinación de motivaciones políticas y económicas que hacen que grupos criminales utilicen tácticas terroristas para ganar peso político y que grupos terroristas que se involucran cada vez más en actividades criminales hasta el punto de comprometer su base ideológica que es el motor de su accionar. Aunque lo que se intenta en este paper es analizar la presencia exclusivamente de las comunidades islámicas en América Latina para poder explorar posibles surgimientos de actividades vinculadas al terrorismo islámico, se cree que la conexión con el crimen organizado es un elemento a tener en cuenta también, pues comprender la manera en la que los grupos manipulan su naturaleza política y criminal en las más variadas circunstancias también puede ayudarnos a localizar los puntos fuertes y las debilidades de los grupos terroristas en América Latina, así como su evolución.
Cabe destacar también la presencia de Arabia Saudita en la región, que es quien financia la mayor parte de las mezquitas construidas en la mayoría de las ciudades latinoamericanas. La mayor parte de los habitantes de Arabia Saudita son discípulos del wahhabismo, corriente religiosa del islam fundamentalista y la corriente mayoritaria del sunnismo en Arabia Saudita. El wahhabismo se destaca por su rigor en la aplicación de las leyes islámicas y por un constante deseo de expansión, para lo que utiliza sus instituciones de formación. También por sus recursos económicos, que les proporciona la dinastía reinante en Arabia Saudita y que se emplean en la creación de mezquitas y centros de estudio.
Otro elemento a tener en cuenta es el acercamiento que otra potencia que alienta el terrorismo y refugia a quienes lo practican, como es Irán, está realizando en la región latinoamericana. Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba (países del Movimiento de los NO ALineados) están estrechando relaciones con este país y le están facilitando una puerta de entrada hacia los demás países latinoamericanos.
Estos últimos dos elementos d
eben seguirse de cerca en la región y de su evolución puede significar la mayor o menor actividad del terrorismo islámico en América Latina.
[1] Según la Organización Islámica para América Latina (OIAL)
[2] En Octubre 1998 un supuesto miembro de Hezbollah fue arrestado frente a la Embajada de EEUU en Asunción, Paraguay, mientras examinaba a zona para posiblemente perpetrar un atentado terrorista.
[3] Daly (2003): “Policía: Mohammed visitó Brazil en 1995”, CNN San Pablo, 9 de marzo 2003.
[4] Senior Associate de la Consultora Cornell Caspian Consulting, Consejera sobre Crimen Transnacional Sistemático y conferencista en Criminología en la Universidad Glamorgan del Reino Unido
(*) Licenciada en Relaciones Internacionales (2002) Universidad del Salvador, Máster en Estudios Políticos Aplicados (2004) Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP, España) y ex Becaria de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES, España). Researcher del Area de Relaciones Internacionales de la Fundación Pensar Argentina.
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