lunes, 14 de enero de 2008

Carne Fresca en el centro de Madrid


Por Alberto Miguez, desde Madrid.

Unas trescientas personas se integran diariamente en los ejércitos de la prostitución madrileña sin que lapolicía o las organizaciones humanitarias especializadas se enteren o hagan algo.

Es difícil saber cuantas mujeres se dedican a este oficio en la capital y sus suburbios pero los cálculos más probables son de de trescientas o cuatrocientas mil personas, una cifra claramente escandalosa si se tiene en cuenta que en España hay casi setecientas mil personass que ejercen el oficio en todo el país.

No menos de quince zonas de prostitución urbana hay en Madrid: varias calles del centro de la capital, barrios enteros y, además, la prostitución telefónica, a través de periódicos e Internet constituyen una cifra considerable de mujeres integradas en las redes de hetairas. Para las publicaciones (periódicos, revistas y diarios) es un negocio suculento del que nadie habla con claridad porque esta vergonzosa industria se hace entre la semi-legalidad y la aquiescencia de empresarios de prensa como se si tratara de anuncios comerciales simples o publicidad de máquinas de coser.

Hasta un individuo de moralidad tan dudosa como Fidel Castro le reclamó a Manuel Marín hace años en un viaje que el todavía presidente de las Cortes españolas hizo a Cuba el escandaloso negocio de la publicidad de prostitutas en los medios de comunicación españoles y le sugirió que terminaran de una vez con este tráfico escandaloso.

El caso es que el negocio sigue, y los grandes diarios españoles,sea cual sea su ideología o moral siguen aprovechándose de estas mafias sin que les tiemble el pulso. Es un caso único en la prensa mundial o, al menos, lo es con la intensidad y el lucro que se consigue en España así como las características de algunos textos publicitarios que rozan la pornografía.

Es también difícil conocer el origen de las prostitutas, su situación legal (una gran mayoría carece de papeles) y cómo llegaron a España para integrarse en las redes de explotación. Los expertors distinguen tres grupos: las que provienen de los países del Este (sobre todo Balcanes) por lo general controladas por las mafias albanokosovares, las de origen latinoamericano, que controlan colombianos y chilenos y las africanas. Estas últimas redes se sitúan en la parte más cutre del mercado y por lo general son mujeres que “trabajan” en las carreteras de circunvalación, los llamados “clubs de carretera”. El control que sobre ellas ejercen los chulos es muy estricto, el de la policía, nulo.

Ls prostitución de alto standing tiene también ernorme influencia y poder económico en el mercado Casi toda las gestiones y acuerdos gestiones se hacen telefónicamente o por Internet, comnvertido en el gran mercadso de la carne. También en ciertos comoplejos situados en las afueras de la ciudad que constan con todo tipo de comodidades y seguridad hay gran afluencia proveniente de la clase media y profesional. En su mayoría son propiedad de empresarios españoles cuya batalla es desde hace bastante tiempo la legalización de la actividad algo a lo que las autoridades se oponen. Teóricamente, la prostitución no existe en España,las prostitutas no ejercen ni legal ni ilegalmentre su oficio, es decir, no existen.

Dada la legislación europea al respecto –una hipocresía a nivel continental que nadie se atreve a romper es poco probable que algún dia el mal llamado oficio más del mundo pueda ejercersecomo en otros países donde pagan impuestos y seguridad social. A la beatería española la perspectiva de que las prostituas lleguen a cotizar en Hacienda les da verdaderos escalofríos.

Ningún gobierno democrático se ha atrevido hasta ahora a plantear el problema e intentar resolverlo.Los intentos que se han hecho terminaron con un fracaso espectacular.

En el mejor de los casos se intentó homologar la actividad como en el algunos paíeses nórdicos donde se penaliza al cliente y no a la prostituta. En Suecia y Noruega, pese a las buenas palabras de sus gobiernos, el método ha fracasado espectacularmente: los cliemntes simplemente se han trasladado a los “ferrys” o a los países vecinos mas tolerantes.

Lo peor que pueden hacer los gobiernos es resolver el problema de la prostitución –verdadero semillero de delincuencia y actividades mafiosas-echando mano de una legislación moralista y obsoleta o simplemente convertirla en una actividad ilegal pero consentida, que es lo que ocurre en España.
Se trata de un asunto de enorme complejidad que todos los gobierno han preferido dejer que siga como está. Un fracaso más que difícilmente tiene solución. Dicen que Franco decía que había dos tipos de problemas: los que no tenían solución y los que el tiempo resolvería. La prostitución comparte ambas características.

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